Lia sube al tren en dirección a Conchimbaba. Y no va nada contenta. Sus padres la envían a casa de su tía, a la montaña, para pasar las vacaciones. Pero a pesar de su malhumor se fija en una cosa extraña: el cartel de la estación está en blanco. Seguramente lo estarán reparando… Y en su vagón viaja un personaje muy extraño que tiene la pinta de un malo de película. A lo mejor, el trayecto, no será tan aburrido ni tan tranquilo como Lia esperaba. Todo empieza cuando en la siguiente estación el cartel también está en blanco.