Arnau descubre que su madre tiene miedo a las alturas y que por eso no puede conducir. Quiere inventar un plan para ayudarla a superarlo y eso le lleva a tener una idea de lo más loca: quizás, en otra vida, su madre fue un pájaro y ahora no se atreve a levantar el vuelo para evitar caer al suelo y quedarse chafada como una tortilla.
Para llevar a término su propósito necesita la complicidad de la familia, pero tanto su hermana Carol como su padre tienen que resolver sus propios problemas.
Carol está en plena adolescencia: insiste en tener una tarántula como animal de compañía para así impresionar a sus compañeros que la molestan porque saca buenas notas.
El padre ha tenido que irse a trabajar a Bilbao y se muere de ganas de volver a Barcelona.
Esto no hace que Arnau se desanime si no que lo empuja a rediseñar una y otra vez su plan en el taller de inventos de Paco.
A pesar de que hace mala letra y le cueste aprobar, cuando Arnau está en el taller su imaginación no para, buscando soluciones para todos, y un día acaba convenciendo a su hermana para que lo acompañe.
Juntos construyen una cometa para colocar una cámara y grabar cómo se ve la playa desde el cielo, a vuelo de pájaro.
En el taller, Carol deja de sentirse juzgada e impresiona a Paco con su nivel de inglés.
La madre, más animada, les pide que la acompañen a hacer turismo por Barcelona y suben a los sitios más altos de la ciudad.
Parece que todo empieza a solucionarse hasta que la madre recibe una oferta de trabajo que requiere carnet de conducir: ¡esto la aterroriza!
Es en ese momento cuando la perseverancia se pone en juego y una sorpresa final ayuda a que toda la familia consiga eso que desea, o casi.