Las familias son como las guitarras: a primera vista, todas parecen iguales, pero a la hora de la verdad no hay dos que suenen exactamente igual; hay familias que suenan elegantes, las hay estridentes, agudas, graves, divertidas, brillantes, mortecinas…
Si bien todas, absolutamente todas, desafinan de vez en cuando. Y la mía más que ninguna.
La familia de Tolón es especial: una tía sufre visiones, un tío es de lo más gandul y tiene un montón de primos y primas.
Y es precisamente por culpa de uno de los primos que comienza la aventura: Farolo se ha marchado a América para triunfar como músico.
Tolón se va a buscarlo pero descrubirá que ni ha ido tan lejos, ni que las visiones de la tía son muy precisas.