El padre de Octavi es lutier, confecciona violines, los mejores del mundo. És todo un maestro en su oficio. A Octavi le encanta ir al taller para ver cómo su padre trabaja.
Pero un día las manos del lutier empiezan a temblar i deberá tomar una decisión. Será entonces cuando una pareja muy extraña – los trencitas – le encargarán el último violín, no para utilizarlo, si no porque son coleccionistas de cosas que sean ‘las últimas’.
Curioso ¿verdad?. Y será cuando empiece a realizar ese encargo que el padre entendrá que ese violín, si no lo hacía sonar nadie, no tenía ningún sentido.
Y con un último golpe de timón tomará una última y sabia decisión.