Una costurera de un barrio popular de Barcelona se enamora de un obrero industrial que ha conocido en un baile.
Ella centra la posibilidad de mejora en el ahorro y en el trabajo: responde a la vocación familiar de encontrar el bienestar en una vida modesta y ordenada, vinculada a valores colectivos.
Él aspira a un golpe de fortuna, quiere intenta ser boxeador y torero: de una forma intuitiva, lleva a la práctica el ideal individualista del abuelo, anarquista en los años treinta.
A través de la mirada del hijo de la pareja se reconstruye la relación entre padre y madre, el afecto que se profesan y la incapacidad para entenderse, personajes trágicos condenados a seguir un destino fatal. Para el chico, la cultura es la manera de escapar del laberinto familiar. El descubrimiento del alcoholismo y de la incapacidad del padre para vencer su adicción, introduce un elemento inesperado que invita a la comprensión y el perdón.
La historia particular está explicada en paralelo a los cambios de la ciudad de Barcelona. El rasgo principal del estilo es la naturalidad: la historia está contada con una emoción contenida, evitando cualquier sobreactuación y consiguiendo un efecto conmovedor en un doble clímax final.