Las garras del niño inútil aborda el eterno tema del maltrato infantil y busca comprender una sensibilidad muy precisa: la que se vivía en un suburbio de Buenos Aires entre las décadas de los 80 y los 90.
Con un marcado perfil autobiográfico, el autor trabaja sobre la vida cotidiana de una familia de clase media baja en pleno proceso de descomposición, para reflejar la desintegración social que provocó el menemismo. En tal contexto y en el de violencia familiar de su hogar, un niño deviene joven soportando todo tipo de atropellos de un contexto de realidades violentas, hasta que un encuentro azaroso con un vecino le abre el camino hacia los libros. A partir de la lectura puede construirse un mundo en el que refugiarse, proyectarse, inventarse. La lectura le permite escribir en su vida otro texto, crearse más allá del contexto. Deseo y escritura se entrelazan a partir de las lecturas a las que accede, para construir otra historia: la suya, y proyectarse en un tiempo futuro, deviniendo entre otras cosas en escritor.
Las garras del niño inútil –que inició la Trilogía Desgarrada que continuaría con En verdad quiero verte, pero llevará mucho tiempo y Los abandonados– es hoy un libro imprescindible de la literatura argentina contemporánea. Integró la selección 200 años de literatura argentina (Fondo Nacional de las Artes, Jorge Monteleone) y se utiliza como material de lectura en numerosas escuelas secundarias.