Maxi está finalizando la infancia y entrando en la adolescencia. Va a la escuela, a catequesis y, también, a los boy scouts. Los días de semana cruza a la plaza para enfrentarse con sus enemigos de toda la vida en partidos de fútbol que sabe de antemano perdidos. Sobreviviente de una familia disfuncional y violenta que apenas araña el estatus de clase media en un suburbio empobrecido de la década de los noventa, el protagonista de esta novela se refugia en el juego de ajedrez mientras crece y construye su propia visión del mundo. La amistad, los valores, la educación son algunos de los ejes que atraviesan la historia y que irán transformando su mirada sobre su entorno.